Martes, 8 de abril de 2025 | 5° Semana del Tiempo de Cuaresma
📖 Del santo evangelio según san Juan (Jn 8, 21-30)
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscarán, y morirán por su pecado.
Donde yo voy no pueden venir ustedes». Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no pueden venir ustedes"?».
Y él les dijo: «Ustedes son de aquí abajo, yo soy de allá arriba: ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón les he dicho que morirán en sus pecados: pues, si no creen que "Yo soy", morirán en sus pecados».
Ellos le decían: «¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó: «Lo que les estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en ustedes; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús: «Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, sabrán que "Yo soy", y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
🙏 Comentario
"Muchos creyeron en él", así termina el texto. Sin embargo, los fariseos sí que fueron confrontados con las palabras del Maestro quien les echó en cara su incredulidad con aquello de que "morirán en su pecado".
Jesús fue preparando a los suyos para su partida, a pesar de que no lo entendieran de inmediato; Él tuvo conciencia de que su paso por este mundo solo era temporal. De ahí que lo afirme diciendo que Él es de "allá arriba"; su misión estaba apunto de llegar a su culmen y lo supo porque sus detractores así se lo hicieron saber.
Cuando fue levantado alto, es decir, cuando fue crucificado y muerto en cruz, los discípulos fueron comprendiendo sus palabras. Sin embargo, todo sucedió como un proceso: fue a la luz de la resurrección y tras las apariciones como entendieron que su sacrificio no fue en vano y que fue realmente una victoria, la victoria de Dios, a pesar de la tragedia que también fue perderlo y de esa manera tan cruel.
Estamos 'ad portas' de celebrar la semana más importante: la semana santa; por eso la liturgia irá preparándonos para el misterio de la Pascua. La cuaresma ha sido un abrebocas, la comida fuerte aún está por servirse. Dejemos que el Espíritu siga hablando a nuestra y comencemos a preparar lo necesario para vivir la Semana Mayor con todo el amor debido y la disposición necesaria.
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Antes de partir, Jesús les echa en cara su incredulidad a los fariseos. No han creído porque no han querido ver los signos. Y el mayor (la crucifixión) está apunto de ser una realidad. Seamos humildes y creamos en Jesucristo. Que su cruz nos baste para creer.
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