Viernes, 7 de marzo de 2025 | 8° Semana del Tiempo Ordinario

📖 Evangelio según san Mateo (Mt 9, 14-15)

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:

«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio tus discípulos no ayunan?».

Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

🙏 Comentario

Los fariseos y los esenios (Juan era uno de ellos) tenían entre sus prácticas de piedad el ayuno. Por eso la referencia de los discípulos de Juan que se sorprende porque los discípulos de Jesús no ayunan. La respuesta es clara: estos no deben guardar luto, porque Jesús, el esposo, está con ellos. ¿Qué significaba esto? Qué Cristo es el Mesías, aquel a quien esperaba Israel. El ayuno de los fariseos y esenios era penitencial pero no había por qué, había que hacer fiesta porque Cristo estaba con ellos. Con esto, Jesús no estaba manifestando su desaprobación al ayuno, hasta les dice que después (con su partida) ayunarán.

Los cristianos debemos ver en el ayuno cuaresmal una oportunidad para ejercitarnos espiritualmente. No se trata de dejar de comer (o cual sea el ayuno) porque sí. Este debe tener un triple sentido: (1) unirnos más a Cristo (que también ayunó); (2) mortificar la carne para fortalecer el espíritu; y (3) volcarnos solidariamente a quien necesita, pues lo ideal es compartir con los demás aquello de lo que nos privamos.

El ayuno es una práctica externa pero debe comprometer el corazón. Por eso no tiene sentido ayunar y al mismo tiempo llevar una vida desastrosa. Quien ayuna y tiene malas relaciones (familiares, sentimentales, laborales, etc.) no ha entendido bien de qué se trata. No es cumplir una práctica por cumplir, es ante todo ordenar la vida y las relaciones para gozar de armonía, fraternidad y comunión con todos.

💌 Mensaje

El ayuno es una práctica externa pero debe comprometer el corazón. Por eso no tiene sentido ayunar y al mismo tiempo llevar una vida desastrosa y tener malas relaciones. Ante todo, la vida espiritual se trata de ordenar la vida en Dios y armonizarla.