Lunes, 17 de marzo de 2025 | 2° Semana del Tiempo de Cuaresma
📖 Evangelio según san Lucas (Lc 6, 36-38)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará: les verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midan se les medirá a ustedes».
🙏 Comentario
Tener una imagen distorsionada de Dios Padre ha llevado al creyente a pensar que Él es alguien temible por su dureza, crueldad e implacabilidad. No son pocos quienes creen que a Dios hay que respetarlo so pena de castigo, de maldición, de justicia divina. Para derrumbar dichas distorsiones del imaginario colectivo hace falta leer aquello que Jesús nos enseñó de Dios: hace salir el sol sobre malos y buenos, da con generosidad, es compasivo, todo lo perdona... es Misericordioso.
El Padre y Jesús no son distintos, en tanto que uno es malvado y el otro bonachón. Quien ha visto a Jesús, ha visto al Padre (lo dirá san Lucas). El Padre es misericordioso como el hijo también lo es.
No juzgar, no condenar, perdonar, dar y darse generosamente, amar y servir, todo ello son actitudes propias de un corazón misericordioso. Jesús insiste en la medida, la cual debe ser grande, generosa, rebosante, pues, con la medida que se mida seremos medidos. Siempre será mejor excedernos en la práctica de la misericordia para que podamos alcanzar la misericordia de Dios siempre.
Para obrar la misericordia, que es lo que Jesús le plantea a sus discípulos, primero hay que experimentarla. Solo quien se descubre como hijo amado del Padre y perdonado por Él, podrá conocer a qué se refiere aquello de la misericordia. Ser misericordiosos es el reto, pero no como cada quien quiera o pueda, sino como lo es el Padre. He ahí que haya que practicarla con todos, porque el Padre ama a todos.
💌 Mensaje
Ser misericordiosos. Pero no como cada quien pueda o quiera, sino como el Padre es. No juzgar, no condenar; mejor levantar, perdonar, dar y darse gratuitamente, acompañar, servir. Dios ama a todos. No espera menos del discípulo.
Comentarios
Publicar un comentario