Jueves, 27 de marzo de 2025 | 3° Semana del Tiempo de Cuaresma
📖 Del santo evangelio según san Lucas (Lc 11, 14-23)
En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.
Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, los hijos de ustedes, ¿por arte de quien los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
🙏 Comentario
La libertad integral es el deseo -y la voluntad- de Dios para sus hijos. Por esta razón, Jesús echaba un demonio de esta persona. No poder hablar, queriéndolo hacer, situaba a la persona en una condición de vulnerabilidad y minusvalía; está realidad afectaba sus relaciones familiares, sociales y laborales. Que Jesús haya liberado a este hombre significaba devolverle la ilusión de vivir, de compartir, de ser autónomo y de relacionarse con los suyos.
Pese a este acto salvífico y liberador, hay unos que acusan al maestro de actuar con el poder del mal. Nada más absurdo que eso: Jesús quiere el bien para todos, y el mal no quiere el bien para nadie. Y "todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina"; si Jesús obrara con el poder del mal, sus obras y sus palabras no hubieran sido coherentes.
Pero miremos este texto también a la luz de nuestras familias/comunidades: ¿Cómo están esas relaciones? ¿Acaso hay división o reina la armonía? La vida espiritual debe interpelar e impregnar la vida familiar/comunitaria. Las relaciones deben examinarse y construirse a la luz de la Palabra, sobre todo teniendo presente aquello de que un "reino dividido contra sí mismo va a la ruina". La buena noticia es que Cristo siempre desea integrar a la familia/comunidad y salvarla unida. El bien siempre triunfa sobre el mal. Lo importante es abrirse a su Palabra y a sus obras. Dios quiere liberar y salvar siempre.
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El reino de Dios ya ha llegado, es una realidad. Y este acontece cuando actuamos como Jesús (sanando, liberando, restaurando). No importan las críticas ni las acusaciones, hay que seguir haciendo el bien. Son muchas las familias y comunidades que lo necesitan.
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