Miércoles, 12 de febrero de 2025 | 5° Semana del Tiempo Ordinario
📖 Evangelio según san Marcos (Mc 7, 14-23)
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchen y entiendan todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre». Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿También ustedes siguen sin entender? ¿No comprenden? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina»
(Con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió «Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
🙏 Comentario
En la época de Jesús las personas creían que realizar algunas prácticas exteriores los volvían impuros; por ejemplo, comer cerdo, tener contacto con la sangre o con una persona enferma o muerta, entre otras creencias. Es por esta razón que Jesús les da luz al respecto: no es lo exterior, lo de afuera, lo que hace impuro a alguien sino lo que brota del interior, de adentro, del corazón.
El centro del hombre (según la cultura -y la antropología- judía) es el corazón, porque este es la sede del amor, de las intenciones, de la voluntad. Jesús declara todos los alimentos puros (ya pueden comer cerdo) y menciona que es de adentro de donde emerge la impureza, es decir, donde el ser humano máquina el pecado (que es el que vuelve impuro a alguien).
La fe debe llevarnos a lo profundo, al interior, al centro, a una experiencia que involucre el corazón. Es que Dios es Amor y podemos relacionarnos con él cuando involucramos el corazón. Quien ama puede conocer a Dios. Quien se cierra al amor, aunque realice muchas prácticas piadosas, aún no ha conocido a Dios.
El corazón debe ser el lugar del encuentro con Dios y con el hermano. Creer en Dios, necesariamente, debe llevarnos a ensanchar el corazón para que allí todos quepan, para que vivamos lo que Dios desea: que nos amemos unos a otros. Pero para que ello sea una realidad hay que cuidar el corazón, cultivarlo, curarlo y entregarlo. El amor es un movimiento de adentro hacia afuera. El corazón es para entregarlo a ejemplo de Jesucristo.
💌 Mensaje
El corazón es el centro del hombre. Por eso la fe siempre debe llevarnos adentro, a nuestro interior. Cuidarlo, cultivarlo, curarlo, ofrecerlo, todo esto es necesario para vivir lo que Jesús nos propuso: el amor, un movimiento de adentro hacia afuera.
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