Lunes, 10 de febrero de 2025 | 5° Semana del Tiempo Ordinario

 📖 Evangelio según san Marcos (Mc 6, 53-56)

​En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y desembarcaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su los manto; y los que lo tocaban se curaban.



🙏 Comentario

Y cuántos la tocaron quedaron curados. Jesús utilizaba su poder para aliviar el dolor humano, para consolar las penas de su gente, para sanar a muchos que padecían alguna enfermedad o dolencia en el cuerpo, en la mente o en el espíritu. De esta manera les comunicaba que Dios Padre estaba con ellos, que los amaba y que, a pesar del dolor, siempre sería fiel compañero de su situación.

Por esto la fama de Jesús se extendió en varias regiones. La gente lo reconocía y buscaba su favor insistentemente. Siempre sintió compasión por el que sufre, por el enfermo.

En este relato podemos ver la fe de la gente. Las sanaciones sucedían por la fe de ellos. De ahí que quienes tocaban la orla del mando quedaban curados. No es que el manto fuera mágico en sí mismo, era la fe en el Señor que vestía el manto. La fe hacía posible la curación. Pero hubiera sido mucho mejor que esa fe les hubiera convertido a Cristo. Muchos recibieron de vuelta la salud pero pocos siguieron al Maestro con todo lo que ellos implicaba. Iban tras el "milagrito", no tras el Señor de los milagros y su proyecto de salvación.

La fe de esta gente era sencilla y grande, pero debía ser purificada. La fe nuestra debe llevarnos a tomarnos enserio aquello del amor y a vivir la caridad, en especial con todo aquel que sufre alguna enfermad o dolencia. Lo que movía a Jesús era la compasión por el dolor humano y las ganas de aliviarles, no el interés del que quiere recibir un milagro del Padre a toda costa.


💌 Mensaje

La fe hace posible lo imposible, pero esta tiene que purificarse y madurar para no seguir solamente los milagros de Dios, sino al Señor de los milagros.

Comentarios